domingo, 24 de febrero de 2013

A


Todo empezó cuando lo vi con un conocido mío. Desde ese momento me encantó. Fue prácticamente un flechazo para mí. Lo busqué en las redes sociales y, por supuesto, lo agregué.  

Pasó un tiempo desde que me aceptara hasta que le hablase por primera vez. Mucho antes quise hacerlo pero no podía, me ponía demasiado nervioso, no sabía qué decirle. Iba a ser la primera vez que hablase con él y eso para mi era un mundo. Hasta que me decidí y lo hice.

No recuerdo exactamente lo que le dije, pero se que fui la persona mas feliz del mundo en ese momento. Acababa de hablar con una de las personas más importantes de mi vida, con la que nunca había hablado antes, nunca había visto en persona y apenas conocía. Pero pese a eso, para mi lo era.

Recuerdo un día en una tienda de ropa en la que de repente llegó. Yo no me lo podía creer. Para mi era como ver a  un actor famoso a quien se idolatra, o incluso mas que eso. Claro que yo no le dije nada en ese momento. ¿Qué le iba a decir? "Hola! soy el extraño que te agregó hace un tiempo y estoy aquí, espiándote". Demasiado incómodo, demasiado extraño. Así que se fue.

Después de ese episodio, decidí que tenía que hacer algo, que tenía que mover ficha. No podía quedarme parado, me gustaba demasiado como para dejarlo escapar sin ni siquiera intentarlo. Para mi esto era bastante complicado. Era un joven introvertido y extremadamente tímido pero el espacio que dan las redes sociales hacía más relajada la situación. 

Empecé a hablar mas a menudo con él. Dejamos de hablar por redes sociales y pasamos a msn. Hablábamos mucho. Yo le conté prácticamente todo sobre mi vida, me abrí completamente a él, pese a que sentía que él no lo hacía del todo conmigo. Pero a mi eso no me importaba. Estaba hablando con él, era lo importante para mí.

Hablábamos de quedar y él, por supuesto, estaba completamente dispuesto. Pero parecía que ese día no llegaba. Yo no quería forzar la situación no fuera a ser que se sintiera presionado, por lo que lo dejaba estar.
Recuerdo que fue de viaje y me dijo que me traería algo. 

Un día me lo encontré en otra tienda de ropa. En esta ocasión ya habíamos hablado muchísimo y eramos prácticamente amigos, por lo que la situación fue diferente.  Fue de repente que nos encontramos uno frente a otro y nos dimos un gran abrazo. Era la primera vez que lo tocaba, que lo veía, que lo olía y que lo escuchaba hablar. Yo intentaba captarlo todo y que permaneciera en mis sentidos para el resto de mi vida. Fui extremadamente feliz en ese momento. No podía creer nada. Las piernas me flojeaban, la boca se me secaba y lo único que me salía hacer era sonreír. La casualidad quiso que nos encontráramos de esa manera, sin quedar previamente ni nada, pero a mi me valió.

Esto fue aproximadamente al comienzo de verano y hasta diciembre de ese mismo año no quedamos por primera vez. Llovía muchísimo ese día pero para mi era como si el sol estuviera más brillante que nunca.
Fue una cita rápida. Fuimos a tomarnos algo cerca de donde él vivía y hablamos bastante. Nunca nos quedábamos sin conversación. Reíamos y hablábamos sin parar. Nos íbamos ya. Él entró en el servicio y yo pagué por los dos. El no quería, yo insistí y me dijo que el próximo día pagaba él.
Fuimos a por mi coche y lo dejé cerca de su casa. Seguía lloviendo y no quería que se mojara así que lo dejé lo más cerca posible. Nos volvimos a dar un abrazo y dos besos en la cara, y salió del coche. A los 5 minutos me llamó al móvil para ver si había sabido salir bien de aquellas calles. Yo no podía dejar de sonreír en el camino de vuelta a casa. Si antes me gustaba, ahora me encantaba muchísimo más.

Para mi estaba claro. Para mi era recíproco. Yo pensé que lo mismo que yo quería era lo que quería él. No tenía ninguna duda.

Intenté verlo más pero él estaba liado ese año con viajes y el proyecto de la carrera. Yo no quería ponerme en lo peor. ¿No le había gustado? No es la impresión que me dio la vez que quedamos. O cuando hablábamos por internet. O cuando me hablaba a altas horas de la noche para ver como estaba. Yo ya empezaba a estar confuso y ni siquiera había tenido nada aún con él.

Y no fue hasta diciembre del siguiente año cuando quedé de nuevo con él. O sea, en diciembre del año 2011. Fue en el puente de la Constitución y la Inmaculada. Él ya no vivía en la ciudad, puesto que había terminado la carrera y se había ido a su ciudad a trabajar, pero había estado días antes en Florencia e iba a pasar unos días en la ciudad para visitar a amigos. Me dijo que estaba aquí y que si nos veíamos. Evidentemente yo acepté encantado. Estaba dispuesto a hablarle claro y a mostrarle mis sentimientos pero al final no pude.
Era víspera de Navidad y había muchísima gente por el centro. Fuimos a varias tiendas porque él estaba buscando algo para comprar y luego fuimos a ver la iluminación del centro. No se me ocurría mejor manera de empezar la víspera de esa Navidad que viendo la iluminación con él.
Se tenía que ir porque había quedado con amigos y yo me tenía que ir porque había dejado mis libros en la biblioteca. Otro abrazo y dos besos. Nos costaba despedirnos y para mí todo eso eran señales.

Yo no podía aguantar más. Era fuerte lo que sentía que hasta dolía. Necesitaba expresarle todo lo que sentía, necesitaba echarlo fuera de alguna manera. Y finalmente fue, como no, por internet.
Le abrí completamente mi corazón. Le dije que me gustaba muchísimo, que no me importaba que no viviera en la ciudad, que no me importaba verlo de mes en mes. Yo estaba dispuesto a todo por él. Jamás le he abierto mi corazón a nadie de la manera en que lo hice con él. Jamás.

Su respuesta fue como un golpe contra un muro de hormigón. Me dijo que estaba con alguien de la ciudad, que le era complicado eso de la distancia, que llevaban juntos un año aproximadamente y que me lo debió haber dicho antes. Que lo sentía mucho, que me quería mucho y que era una persona muy importante para él, pero que en ese momento no podía hacer nada.
¿En serio? Te cuento toda mi vida, me abro completamente a ti, ¿y en un año con pareja no has tenido oportunidad de decirme nada?¿Que me quieres mucho?

Yo le dije que lo entendía (¡¡NO LO ENTENDÍA!!), que le deseaba lo mejor, que era muy importante para mi también y que estaría un tiempo sin hablarle. Para mi había sido un poco duro eso, puesto que yo tenía otra idea de todo y de repente todo quedó derribado. Necesitaba espacio y tiempo.

Pero el tiempo no curó nada. A los dos meses hablamos por primera vez después de eso. Fue algo muy cordial. Yo le preguntaba por el trabajo y él por la carrera. El me contaba problemas que tenía con su pareja (¿era esto necesario?). Yo era el amigo fiel, tenía que escuchar sus penas y tragarme las mías. Intentaba dar mi mejor consejo, tranquilizarlo y animarlo. Aún me pregunto como podía asumir el hacer eso con todo lo que tenía yo por dentro.
Con Whatsapp se crearon otras situaciones. Me mandaba fotos de su gato en su cama metido con él, otra noche me hablaba estando borracho y me enviaba fotos suyas que se hacía en el momento y las acompañaba diciéndome "lo siento mucho, perdóname". ¿Por qué hacías eso, tío? Ya te dije hace unos meses que todo estaba bien (no lo estaba), que no era culpa tuya (lo era en parte) y que no tenía por qué pedirme perdón. ¿Por qué me lo seguías recordando? Para mí ya era demasiado doloroso como para tener que estar recordándolo constantemente. 

Unos meses más tarde, sobre mayo de 2012, me dijo que lo había dejado con su chico, que la situación no se sostenía. Y yo no podía esperar. Tenía que preguntarle si a corto o largo plazo yo tenía alguna posibilidad con él ahora que estaba libre. Necesitaba saberlo al momento.
Su respuesta fue que no. Que el tema de relación a distancia es difícil y que lo ha pasado mal con eso. Que era muy importante para él, que me quería mucho (lo mismo de siempre) y que para él era como un HERMANITO. ¿¿¿¿COMO???? Debería estar penalizado decirle eso a alguien que quiere algo contigo. En serio, es lo peor de lo peor. Peor que haber sido insultado. Ciertamente, hubiera preferido que me insultara antes que me dijera eso.

Poco después me dí cuenta de que había vuelto con su chico. Lo de la distancia con él se le olvidaba, por lo que vi.
Yo lo último que hice fue desearle suerte y le pedí de nuevo no hablar en un tiempo.

No se si me llegó a traer algo de los EEUU, pero jamás me dio nada. Lo peor es que aún me acuerdo.

Después de ese último mensaje que le envíe me lo encontré por la ciudad. Por lo visto venía bastante pero yo no sabía nada. Casi cada finde.
El actuaba con normalidad y eso me fastidiaba aún más. Yo también lo hacía, claro. Tenía que hacer ver que estaba bien, aunque me estuviera muriendo por dentro.

El no saber de él me mataba, pero no podía hablarle o volvería a lo de antes. Él tampoco lo hacía, claro. Me quería mucho, era importante para él, pero nunca me preguntaba como me iba ni nada. 
Y así pasaron meses hasta que lo vi en noviembre en la ciudad de nuevo, mientras esperaba para entrar. Apenas recuerdo lo que le dije porque yo había bebido. Luego entré y lo vi dentro. Pasó varias veces por mi lado pero no volvimos a hablar.

Después de ese día, volví a verlo en diciembre. Ya me da miedo cada vez que llega diciembre.
Estaba yo en la biblioteca de mi facultad y de repente entró él con su chico. En ese momento yo quería que me tragara la tierra. Agaché la cabeza hasta casi incrustarla en la mesa. El se sentó detrás de mi y su chico mas alejado. No le dije nada en ningún momento, no podía. Hasta que en una de las veces que estaba yo medio girado hablando con un amigo, él se volvió y ya me saludó. Con un abrazo, claro. Fue la primera vez que lo vi con su novio. 
Me estuvo contando que estaba allí porque había venido a pasar unos días con su chico. Estaba preparando un proyecto y me contó que se iba al extranjero a hacer un master hasta septiembre (creo). Y poco más. El novio no hacía mas que llamarlo mientras hablaba conmigo, interrumpiéndolo. Yo me lo encuentro bastante al novio en mi facultad, ya que él vive cerca y va allí a estudiar. Intuyo que lo sabe todo y que por eso me odia un poquito y me mira raro siempre que me ve.
Al día siguiente le escribí y le dije que si quería tomar un café, a modo de despedida antes de que se fuera a estudiar fuera. La respuesta era obvia. No podía porque tenía planes con su chico. Recordad eso de "eres super importante para mi", "te quiero mucho".

Y esta ha sido la última vez que lo he visto. Días más tarde, como yo soy tan imbécil, le envié una tarjeta de Navidad que yo mismo hice, para desearle una Feliz Navidad y un gran año estudiando fuera.
Su respuesta fue por whatsapp. Algo escueto, simple y recurrido.

El post se titula "A", porque es la primera letra del abecedario, porque para mi él ha sido el primero, con el que más he sufrido. A partir de ahora, en este blog, él será A.

Evidentemente el sentimiento inicial no lo tengo, pero no puedo negar que si él me dijera que tuvieramos algo, yo accedería prácticamente con los ojos vendados. 

Y es que, al fin y al cabo, el tiempo no siempre lo cura todo.


ETERNΔL ΔRROWS



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